Molido de la jornada...

Molido de la jornada llega y abraza a su hijo,
La mujer le deja el plato con las milas del medio día sobre la mesa.
No las come.
Comenta que la burocracia los volvió a entregar
Y que la mayoría de los pibes, como son nuevos,
Aceptaron la oferta, que es una miseria, ni hablar.
Un siete por ciento, encima, en cuotas,
La primera a pagar en dos meses.

Se acuesta, como para no pensar demasiado.
Sin embargo, no puede dormir.
La cabeza le va a mil.
Le aumentaron el gas, la luz y el alquiler.
Tuvo que dar de baja el canal, con todo el dolor del alma,
Ya que su hijo le suplicaba que no lo haga.
Y estos carneros de la ostia todavía dicen que el siete por ciento
Es mas de lo que esperaban...

Amanece, suena el despertador y sale, sin desayunar.
En la fábrica todos laburan sin chistar,
Salvo el gordo Jerez, delegado del sector de fileteros
Que anda a los gritos. Paremos la producción!!!
Paremos la producción!!!

Nadie para...

La patronal y la burocracia lograron desmoralizar.
Pero a la hora del almuerzo la cosa se pone tensa.
Llegan a la puerta del galpón los militantes,
Volante y prensa en mano y junto con ellos
Como si lo hubiesen previsto, los forros de la patota de García.
Prepotearon a los chicos y los quisieron correr de los alrededores del puerto.
Hubo idas y vueltas de patadas y trompadas.
Y eso fue lo que despertó a los compañeros.
No se volvió a los puestos de trabajo, no se dejó ingresar a los del turno tarde
Y se atrincheraron en las puertas de la fábrica en repudio a la patota.

Las corridas, los palazos y el aguante de los pibes firme.
El conflicto duró veinticuatro días, se logró el 18 por ciento
De aumento en blanco y el pago de las horas extras.

Esto recién comienza...

Molido de las jornadas llega y abraza a su hijo.
Come las milanesas que su mujer le dejó en la mesa
Y se acuesta tranquilo a descansar.