Soles. . .
Que en la fría noche de la gran ciudad,
Incendiaron con vehemencia,
La peligrosa calma.
Y una paloma
Queriendo volar, gris por el humo,
Tosía el espanto.
Y a la deriva,
En un mar de manos,
Que hacen señas indescifrables,
Navega solitaria
La demencia de algunos hombres,
Que escriben con tinta roja,
En un mar de sangre,
Las causas de esta marea.
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