Lloró el lobo en la noche azul y dorada...
Besó la suela de un pichón de plumas grandes.
Veló los restos de un coraje inocuo (por fin!!)
Y su hijo timoneó a la manada... Y su valor...
Como pez en la arena, sin latir ni sonar,
Él dejó el barrio pero no logró zafar!!!
Bailarines y sirenas hacen cortejo al señor.
Por allí, noche adentro, la manada aúlla, late!!!
Anatomía de los quinceañeros enrejada
Sopas y panes. El lobo no llora más???
No hay cura si la manada separa su andar.
Sigue llorando, pero sigue en pie, viejo ruin...
Gira la ruleta y el disparo se hace oír...
Somos especiales, muy especiales...
martes, 28 de diciembre de 2010
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