viernes, 29 de enero de 2010

XXVII

XXVII

Fue claro, fue clave.
Nos aman ilotas, nos adoran genuflexos.
Conspiración ilustre derrocamiento y adiós.

Las princesas se pasean con las ropas harapientas
Discurseando la moral ecuménica y de alplax.

Corre libre y educado, hijo mío...
Hazte fuerte...

Fue anclado, fue cónclave.
Nos van atando los hilos de la ética, mamá.
Rural industrial socavón.

¡Adopta un perro! ¡Deshumanizado!
Gritó la anciana con el ramo de olivo en la mano.

Fue la pasión, fue la ambición.
El color uniformado ya no importa.
Conspiración ilustre derrocamiento y adiós.

Entre tanto agreste sentimiento....
Y harapos de princesas con moral...

Te pienso y digo, mi amanecer...

El cielo puerta umbral de los terrenales deseos
Niños que me invaden por tu ropa en la silla
Por tus ojos abiertos, por tu roja piel en flor...

3 comentarios:

Rosa dijo...

Hablan mucho del aprendizaje, de la educación, de los valores, de la ética, de la moral, de, de, de, de... y lo que hay que hacer es sencillamente lo contrario, lo que hay que hacer es desaprender. Verdad Juan?.

Un besazo.

Allek dijo...

maravillosas palabras..
me han encantado
un fuerte abrazo!

Paula dijo...

Querido amigo!!! Leerte de esta manera, tan papá (me dio esa sensación), y quedar atrapada mi mirada en esta estrofa:
"Corre libre y educado, hijo mío...
Hazte fuerte..."

Sentí que veía nuestra historia argentina a través de tus palabras.

Un abrazo bien fuerte!!!